Ginés Jorquera dio forma a una afición, estudiando en Madrid sobre el año 1853, en un taller-escuela dirigido por Don Lope De Rey. De estos estudios conservamos un original del “Método Simplificado del Afinador. Arte de afinar los pianos”, traducido por el mismo maestro.

Tiempo más tarde, abrió su propio taller en Madrid, donde trabajó con su hijo Ignacio Jorquera.

Éste último, convertido en un profesional de renombre, se trasladó a Barcelona con su familia al acabar la Guerra Civil. Al llegar, colaboró con fábricas como Chassaigne Freres, empresas del momento como Casa Albinyana, donde afinaba y reparaba pianos.

En el año 1956 se contrata al primer aprendiz. Con él ya eran tres personas en el taller: Ignacio Jorquera, Víctor Jorquera y Serafín Marcos. Poco después alquiló un local contiguo y se diversificó la actividad. Por una parte estaba el taller y pequeña tienda, y por el otro taller de ebanistería y barniz. El año 1960, se trasladaron a la C/ Copons, N.º. Ya entonces, Víctor Jorquera se había convertido en un gran discípulo de su padre.

Cabe destacar que a principios de los 60, Víctor Jorquera acompañaba a Arthur Rubinstein en sus giras europeas, como técnico-afinador de confianza, en una estrecha colaboración más allá de una colaboración estrictamente profesional.

En 1964 se inauguró la tienda de la Avd. De la Catedral, actualmente Avd. Francesc Cambó, utilizando como nombre comercial de la empresa Jorquera Pianos y con el logo ya conocido, pasando a ser una sociedad anónima SADIM, cuyos socios eran Víctor Jorquera y José Jorquera.

Durante los años 60, 70 y 80, Jorquera Pianos se convirtió en una referencia musical en Barcelona, además de ser cantera de grandes afinadores como Salvador Segarra, Joaquim Salamanca, Carlos Calcina, Carlos Sigüenza y Jesús Rodríguez.

Hace unos años, conseguimos un hito, una ilusión que se remonta a los años 60: disponer dentro de un mismo espacio de tienda, taller y espacio de conciertos. Desde el año 2014 hemos fijado nuestra sede en C/Fernando Agulló, 10.

Desde entonces, ha sido un goteo constante de sensaciones y experiencias, mucho más allá de una simple profesión o empresa, alguna de las cuales tienen un recuerdo especial en nuestro libro familiar de firmas.